La hipertensión es una de las condiciones más prevalentes en los adultos mayores y representa un factor de riesgo significativo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares y enfermedades renales. Manejar la hipertensión en este grupo etario requiere un enfoque integral que considere no solo el control de la presión arterial, sino también los riesgos asociados con la polifarmacia y las comorbilidades. El primer paso en el manejo de la hipertensión en adultos mayores es un diagnóstico preciso. A menudo, la presión arterial debe ser monitoreada en diferentes momentos y posiciones para obtener una lectura precisa, ya que los adultos mayores pueden experimentar variaciones significativas. Además, es importante evaluar la presencia de otras condiciones como diabetes, enfermedad renal crónica, o enfermedades cardiovasculares, que pueden influir en el enfoque del tratamiento. El tratamiento farmacológico es fundamental en el control de la hipertensión. Sin embargo, en los adultos mayores, es crucial comenzar con dosis más bajas de antihipertensivos y ajustarlas gradualmente para minimizar los efectos secundarios. Los diuréticos, los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (ECA), los bloqueadores de los canales de calcio y los betabloqueadores son opciones comunes, pero su selección debe individualizarse según las necesidades y tolerancias del paciente. Además del tratamiento farmacológico, los cambios en el estilo de vida juegan un papel clave en el manejo de la hipertensión. Se recomienda una dieta baja en sodio y rica en frutas, verduras y granos enteros, conocida como la dieta DASH. También es esencial fomentar la actividad física regular, aunque debe adaptarse a las capacidades del paciente. La reducción del consumo de alcohol y el abandono del tabaco son igualmente importantes para controlar la presión arterial. En Ramazzini, abordamos la hipertensión en adultos mayores con un enfoque integral que incluye tanto el tratamiento médico como el apoyo en el estilo de vida. Nuestros especialistas trabajan en estrecha colaboración con los pacientes para desarrollar planes de tratamiento personalizados, con el objetivo de controlar la presión arterial y reducir el riesgo de complicaciones graves, mientras se mejora la calidad de vida.