El colesterol alto es un factor de riesgo significativo para enfermedades cardiovasculares, como la arteriosclerosis, el infarto de miocardio, y el accidente cerebrovascular. El control y manejo del colesterol alto en adultos es crucial para reducir estos riesgos y mantener la salud cardiovascular a largo plazo. El colesterol es una sustancia grasa presente en la sangre, que es esencial para la formación de células y hormonas. Sin embargo, niveles elevados de colesterol, especialmente de lipoproteínas de baja densidad (LDL), conocidas como «colesterol malo», pueden acumularse en las paredes de las arterias, formando placas que restringen el flujo sanguíneo. Por otro lado, las lipoproteínas de alta densidad (HDL), o «colesterol bueno», ayudan a transportar el colesterol de vuelta al hígado para ser eliminado del cuerpo. El manejo del colesterol alto comienza con cambios en el estilo de vida. Una dieta saludable baja en grasas saturadas y trans, y rica en fibra, puede ayudar a reducir los niveles de colesterol LDL. Alimentos como frutas, verduras, granos enteros, y grasas saludables (como las del aceite de oliva y el pescado) son recomendados para mejorar el perfil lipídico. Además, la actividad física regular, como caminar, nadar, o andar en bicicleta, también puede aumentar el colesterol HDL y reducir el LDL. En algunos casos, los cambios en el estilo de vida pueden no ser suficientes, y puede ser necesario el uso de medicamentos para controlar el colesterol. Las estatinas son los medicamentos más comúnmente recetados para reducir el colesterol LDL y prevenir la formación de placas en las arterias. Otros medicamentos, como los inhibidores de la absorción de colesterol o los fibratos, también pueden ser utilizados dependiendo de las necesidades específicas del paciente. En Ramazzini, ofrecemos un enfoque integral para el manejo del colesterol alto en adultos, que incluye tanto la orientación en el estilo de vida como el tratamiento médico cuando sea necesario. Nuestros especialistas trabajan con los pacientes para desarrollar planes personalizados que les ayuden a controlar su colesterol y a reducir su riesgo de enfermedades cardiovasculares. Este enfoque preventivo no solo mejora la salud del corazón, sino que también contribuye a un mejor bienestar general.