El agotamiento físico es una condición frecuente en trabajadores que realizan tareas demandantes, como levantamiento de cargas, turnos prolongados o actividades repetitivas. Si no se maneja adecuadamente, puede derivar en lesiones, fatiga crónica y disminución del rendimiento laboral. Con estrategias preventivas y prácticas saludables, es posible minimizar estos efectos y mejorar el bienestar general. El primer paso para manejar el agotamiento es implementar pausas regulares durante la jornada laboral. Estas pausas permiten que los músculos se recuperen y ayudan a prevenir lesiones relacionadas con el esfuerzo físico constante. Incorporar ejercicios de estiramiento y movilidad también contribuye a reducir la tensión muscular. La hidratación y la alimentación adecuada son cruciales para mantener la energía y el rendimiento. Consumir alimentos ricos en proteínas, carbohidratos complejos y micronutrientes esenciales proporciona el combustible necesario para afrontar tareas exigentes. En Ramazzini, promovemos la educación nutricional en trabajadores como parte de los programas de salud ocupacional. El uso de equipos de protección personal (EPP) y herramientas ergonómicas también juega un papel importante en la prevención de lesiones. Desde guantes de soporte hasta cinturones lumbares, estos elementos pueden reducir la carga física y proteger al trabajador. Por último, es fundamental reconocer los signos de agotamiento físico extremo, como debilidad, mareos o dolor persistente, y buscar atención médica oportuna. Abordar estos síntomas de manera temprana evita complicaciones mayores y asegura la continuidad laboral en condiciones saludables.